Trimestre 6. Lección 7
Valentía cuando tengo miedo
Objetivo: Aprender de
cómo ser valientes en diferentes situaciones y cuáles pueden ser los
resultados.
Base
Bíblica: Hechos 3-4
Texto
clave: Hechos 4:13
Materiales:
Biblia, objetos para la pista de obstáculos (sillas, mesas, piedras, etc),
venda para los ojos, páginas del alumno.
Canto: //Mira que te mando que seas valiente que no temas ni
desmayes//
// Porque
Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que tu vayas//
Introducción: Dé la
bienvenida calurosamente, cuéntales que hoy hablarán nuevamente sobre la
valentía. Escoge a un estudiante, para que repase la historia de los tres jóvenes
que fueron arrojados al horno de fuego porque tuvieron el valor de negarse a
adorar a la estatua de oro del rey. Pide a otros niños que completen la
historia con detalles que se les haya escapado.
Refuerza
con lo siguiente:
La
situación en la historia era muy peligrosa. En este caso, Dios rescató a los
jóvenes. Nosotros seguramente no tendremos que pensar que seremos arrojados a
un horno de fuego, pero enfrentamos otros peligros, como la pérdida de un
miembro de la familia, problemas de hambre o de salud, o incluso de un niño
malo, o un adulto que nos amenaza. Hoy aprenderemos a tener valor frente al
peligro. Cuando necesitamos valentía tenemos que ver la manera de seguir
adelante. Veamos una demostración de cómo podríamos sentirnos.
Escoge a un voluntario y pide que salga del salón. Cuando
esté afuera prepara una sencilla pista de obstáculos, con sillas, una mesa para
pasar por debajo, una cubeta con agua que represente una fuente, piedras y
otras cosas. Escoge a otro niño para que sea el guía. Coloca una venda sobre
los ojos del voluntario que está afuera de la clase y tráelo de vuelta a la
clase.
El guía dará las instrucciones para guiar al voluntario con
los ojos vendados a través de la pista de obstáculos. El guía no puede tocar al
que tiene los ojos vendados. Mientras el voluntario pasa por el recorrido de obstáculos,
el guía dirá cosas como: “¡Cuidado! Hay un precipicio” “Tienes que agacharte o
te golpearás la cabeza” “¡Cuidado con la serpiente! Cuando el voluntario haya
pasado la pista de obstáculos, pide que se quite la venda, Luego fórmula estás
preguntas:
·
Voluntario,
¿Cuánto valor necesitaste para confiar en las indicaciones del guía?
·
Voluntario,
¿Tenías miedo?
·
Todos, ¿Se
parecía este recorrido de obstáculos a la vida real?
Si los niños no responden la última pregunta, comenta que a
menudo no sabemos a dónde Dios nos llevará o lo que pasará más adelante en
nuestra vida.
Historia
Bíblica:
A veces necesitamos
valor para enfrentarnos a situaciones peligrosas. Recuerden que el valor no
significa que no tengamos miedo, sino es creer que Dios nos dará fuerza para
hacer lo correcto aun cuando tengamos miedo.
Escuchen estas dos historias.
La primera historia está en la Biblia. Esta historia verídica
pasó después de que Jesús murió y resucitó.
Un día, dos de los seguidores de Jesús, Pedro y Juan, iban al
templo a orar. Pasaron por donde estaba un hombre que no podía caminar y
mendigaba junto a una de las puertas del templo. Pedro y Juan no tenían dinero
para darle al cojo. ¡Tenían algo mucho mejor! Escuchen lo que pedro le dijo al
hombre:
-No tengo plata ni oro- declaró Pedro-,
pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y
anda! Hechos 3:6
¡El hombre se levantó de un salto y comenzó a caminar! Todos
estaban asombrados. Cuando la gente quiso saber lo que había pasado, Pedro les
habló del gran poder de Jesús. Les dijo como dejar sus pecados y llegar a ser
parte de la familia de Dios.
Ahora bien a los líderes religiosos no les gustó que Pedro y
Juan hablaran de Jesús. Estos líderes eran los que habían presionado para que Jesús
muriera en la cruz. ¡Ahora los seguidores de Jesús seguían hablando acerca de
Él! Los líderes religiosos tomaron presos a Pedro y a Juan y los arrojaron a la
cárcel.
·
¿Creen que
Pedro y Juan habían hecho algo malo?
·
¿Creen que
ahora necesitaban ser valientes? ¿Por qué si, o por qué no?
Al día siguiente, los líderes religiosos interrogaron a Pedro
y a Juan. Les hicieron preguntas sobre el poder con que había sanado al hombre
cojo. Sabían que Pedro y Juan eran hombres comunes y sin estudio ni
preparación. Pero los líderes se asombraron de sus respuestas. Escuchen lo que
la Biblia dice acerca de la reacción de los líderes.
Los gobernantes, al ver la osadía
con que hablaban Pedro y Juan y al darse cuenta que eran gente sin estudios ni
preparación quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.
Hechos 4:13 NVI
Aunque los líderes religiosos ordenaron a pedro y a Juan que
dejaran de hablar de Jesús, ellos se negaron a hacerlo. Les preguntaron a los líderes
si era mejor obedecer a Dios o a los hombres. Entonces dijeron a los líderes
que no podían dejar de hablar de Jesús. ¡Qué valor!
Ahora les voy a contar la segunda historia, acerca de otros
hombres que hablaron a la gente de Jesús. Estos hombres eran misioneros. Un
misionero es alguien que va a un lugar para hablar a otros de Jesús.
Muchos años después de los tiempos bíblicos, cinco jóvenes de
Norte América fueron como misioneros a una tribu en el país sudamericano de
Ecuador. Estos jóvenes creían que Dios quería que predicaran el evangelio a la
tribu de Huaorani. La gente de esta tribu nunca había visto a nadie de otro país.
Eran un pueblo muy temible, todas las tribus vecinas le tenían miedo.
Los misioneros hicieron planes cuidadosos para llegar con
seguridad a la tribu Huaorani. Ellos sabían que antes de que pudieran hablarles
de Jesús, la tribu tendría que confiar en ellos. Los misioneros comenzaron a
crear confianza sobrevolando con una avioneta el campamento de la tribu y
dejando caer regalos. Les gritaron saludos amistosos por el altavoz de la
radio. Lo hicieron cada semana durante tres meses. Ellos oraron a Dios para que
les ayudara a hacer este difícil trabajo. Por fin decidieron que era seguro
aterrizar y hacer contacto.
Los misioneros decidieron bajar, pues creían que Dios los
podía guardar y librar del peligro, pero los de la tribu pensaron que los
misioneros habían venido a hacerles daño así que los atacaron y mataron.
Poco a poco la tribu comprendió que los extranjeros no iban a
hacerles daño y muchos de la tribu han aceptado a Cristo como su Salvador.
·
¿Qué cosas son iguales en estas dos historias?
·
¿Qué cosas son diferentes en estas dos historias?
·
¿Por qué crees que Dios salvó a Pedro y Juan, pero no
a los misioneros?
Esta última pregunta es algo difícil, tanto que aun para los
adultos es un problema. Dios ve todo lo que sucederá: el principio, el medio y
el fin. A veces hay un buen final, como vimos con Pedro y juan, y a veces
podemos enfrentar cosas difíciles. Dios sabía que la tribu necesitaba oír acerca
de Él y del amor de Jesús. Así que llamó a los cinco jóvenes misioneros para que
fueran a contarle acerca de Él. Era peligroso y tenían miedo; pero tuvieron el
valor de obedecer a Dios. Dios puede darnos valor en cualquier circunstancia.
Conclusión:
Muchas veces nosotros nos enfrentaremos a problemas que pueden tener una
solución feliz o una solución triste, pero ante cualquier situación debemos
confiar en Dios, por ejemplo cuando rompemos algo y pensamos que nos van a
regañar y por eso mejor lo ocultamos o mentimos, pero no debe de ser así
debemos de enfrentarlo y decir la verdad, porque a Dios le agrada eso, y al
final sabremos si nos regañaron o no. Confiar en Dios es lo que debemos hacer aunque
no sepamos por donde ir Él será nuestro guía como aprendimos en el juego al principio.
Actividad: Realizar
las páginas del alumno.